CANCÚN, Quintana Roo, 29 de junio. – La incapacidad y negligencia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sigue causando estragos a los sectores restaurantero, hotelero y las familias de Cancún, quienes desde hace varias semanas sufren de los constantes y prolongados apagones; ahora también ven afectada la calidad del suministro de agua potable, lo que provoca pérdidas millonarias y les impide atender las más elementales necesidades tanto en los centros de trabajo como en los hogares.
Los reclamos sociales y empresariales a la CFE en los municipios pasaron de aparatos dañados, alimentos descompuestos y la imposibilidad de generar aire fresco para calmar el inclemente calor de sus clientelas, a la exigencia de que regularice la generación de electricidad para que el agua potable llegue a los negocios y domicilios de manera suficiente.
Aunque la CFE no ha dado la cara a la exigencia empresarial y social que le solicitan la normalización del suministro de energía eléctrica, ha trascendido información de que la escasez se debe a la falta de inversión en la red de distribución del tendido eléctrico, y las obsoletas plantas generadoras de electricidad. Sumado a que el pueblo no asocia la falta de servicio de agua con las fallas eléctricas, favoreciendo así el silencio total de la Comisión Federal de Electricidad, que se esconde en la propia oscuridad que genera sus apagones.
Aunado a ello, los cortes también se deben a los trabajos de redireccionamiento del tendido eléctrico a las obras del Tren Maya que, si bien es una de las obras insignia del gobierno federal para generar bienestar, dejan en el desamparo la industria de Cancún y sus familias.
Para nadie es extraño que al igual que muchas industrias que se desarrollan en Cancún dependen de la electricidad para operar de manera eficiente, lo mismo para en las empresas que ofrecen servicios de suministro de agua, telecomunicaciones, del entretenimiento como son los cines, casinos, entre otros.
Todos ellos importantes para la vida cotidiana, sin embargo, a la CFE perece no importarle y les arrebata el suministro de electricidad que les impide operar, lo que además de generarles grandes pérdidas económicas, genera daños, algunos de ellos irreparables, a los molestos usuarios.
De continuar los apagones, responsabilidad de la CFE, el problema pasará más de una sociedad sedienta y enojada, trascenderán a las afectaciones a la salud y a un freno irreparable de las economías que son la razón del éxito turístico de Cancún.