Diana García
La reelección de Mercedes Rodríguez Ocejo como líder del Sindicato Único de Trabajadores del Honorable Congreso del Estado de Quintana Roo, quedará marcada por la violencia de sus subordinados contra la prensa.
Algunos no tan “honorables” trabajadores del Congreso de Quintana Roo se tomaron atribuciones violentas para evitar que dos reporteros documentaran los gritoneos, empujones y señalamientos de corrupción que estallaron en la “reelección” de su lideresa.
Más allá del cochinero interno del sindicato integrado se supone por personas que conocen, construyen las leyes del estado, y prácticamente conviven más de 12 horas en el recinto del Poder Legislativo, donde se supone la palabra es la herramienta de cambio.
No tuvieron reparos en agredir a Marco Barragán y Julios César Castilla ambos reporteros de Chetumal, perfectamente acreditados ante el Congreso del estado.
Los trabajadores del Congreso tendrían su jornada electoral, pero cuando los señalamientos de fraude, reclamos, gritoneos y manotazos en la mesa estallaron en recinto del SUTAHCE
Como cualquier saca borrachos, el Coordinador de Asistencia Legislativa, Marcelino Reyes Pérez, no dudo ni un segundo en agredir a los compañeros que solo grababan los jaloneos.
Los trabajadores empoderados por la “Lic. Meche” se sumaron a la lista de agresores contra la prensa mexicana.
Estas personas de leyes, olvidaron que agredir a un periodista es un delito federal, y que los derechos de los comunidades están garantizados en los artículos 6 y 7 en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Artículo 6o.- “Toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión”…
Pero además en otros párrafos de la Ley de Acceso a la Información establece que:
A. Para el ejercicio del derecho de acceso a la información, la Federación, los Estados, en el ámbito de sus respectivas competencias, se regirán por los siguientes principios y bases:
I. Toda la información en posesión de cualquier autoridad, entidad, órgano y organismo de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, órganos autónomos, partidos políticos, fideicomisos y fondos públicos, así como de cualquier persona física, moral o SINDICATO que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad en el ámbito federal, estatal y municipal, ES PÚBLICA y sólo podrá ser reservada temporalmente por razones de interés público y seguridad nacional, en los términos que fijen las leyes.
El empoderamientos absurdo de los agresores es un muy lamentable reflejo del clima hostil, agresivo y perturbador de grupos políticos, y gobiernos, al que las y los periodistas se enfrentan cada día en México, solo por hacer su trabajo.
El discurso de odio hacia la prensa en los últimos seis años, y en el presente sexenio es inédito y frontal.
“Matar a un periodista en como matar a nadie”… ha señalado la organización Reporteros Sin Fronteras.
Desde el 2000 al México de 2024 suman 168 periodistas asesinados de acuerdo con la organización Artículo- 19.
Mauricio Solís en Uruapan, Michoacán tenía sólo unos minutos de entrevistar a su alcalde, cuando fue asesinado a unos metros de la casa de la Cultura en ese municipio, se convirtió en el primero del gobierno de la primera mujer Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.
Aunque la organización no la suma, 24 horas después la editora y reportera de espectáculos Patricia “Bunbury” también fue asesinada en Colima.
El sexenio de Andrés Manuel López Obrador cerró con 47 homicidios de periodistas, 4 de ellos en Quintana Roo, y más de 3 mil agresiones a la prensa por día.
La cifra fue la misma en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, donde 47 periodistas perdieron la vida en manos de los malos. Veracruz fue el estado mortal con Javier Duarte, con 17 vidas arrebatadas por documentar el diario acontecer veracruzano y sus prácticas corruptas, entre las víctimas Rubén Espinosa, y la lista es larga.
¿USTEDES TAMBIÉN?
La pregunta es para los no tan honorables integrantes del Sindicato Único de Trabajadores del Congreso del estado. ¿Porque a empujones? ¿Quien les dijo? Y ¿licenciada Mercedes a estos trogloditas quiere seguir representando?
Hasta ahora el Congreso del Estado, no se ha pronunciado al respecto. Quizá el argumento es que, “el sindicato es independiente”.
Pero, unos queda bien ¿van a ensuciar la honorabilidad de los hombres y mujeres que construyen las leyes de nuestro joven Quintana Roo?
¿Ya también son “supremos”? Así van a estar?