Diana García
Hoy lo que no debe distráenos es la elección de Estados Unidos. Hoy nos debe importar la decisión que tomen 8 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cualquiera que sea será calificada de Golpe de Estado.
Si no aprueban la invalidez de la Reforma Judicial ante los vicios del proceso legislativo, se sumarían indirectamente al régimen que busca borrar de un plumazo a jueces, magistrados y ministros, lo que los trabajadores del Poder Judicial, doctores en derecho, expertos Constitucionales llaman el juicio final para la división de Poderes en México.
Pero, si estos ocho ministros hacen valer su Poder, Morena y la Presidenta Claudia Sheinbaum ya anticiparon que una vez más, no acatarán el resolutivo de la SCJN, incluso el presidente del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña ya calificó el proyecto “como un Golpe de estado, que la Corte y de los medios de comunicación que documenten y publiquen lo que ocurra este día”…
Y aunque reconocen que impulsar un juicio de político contra los ministros, en palabras de Noroña, “no es el camino”. Todo lo que ocurra será observado, como una crisis constitucional.
El sistema político mexicano pelea por un Poder sin limites, mientras los mexicanos viven cada hora, cada 24 horas una calamidad. Que decir de Zacatecas, Michoacán, Guanajuato, Chiapas, Tamaulipas, Guerrero, y Culiacán. ¿Hay condiciones en dichas entidades para celebrar una elección de juzgadores?
En Guerrero donde los alcaldes aparecen degollados, en Guanajuato, donde explotan carros bomba, pero Omar García Harfuch dice que no es terrorismo. En Chiapas donde sus habitantes desplazados por la violencia, partieron a Guatemala.
En Culiacán, donde el 9 de septiembre empezó su tercer “culiacanazo” sin fecha para terminar, y la lista sigue…
En cualquiera de los dos casos, la conversación pública será “Un golpe de estado”…