Por Hugo Alday
Como si se tratase de un nuevo comienzo, tal como sucede en las películas de StarWars, en donde algunos de los integrantes de la rebelión buscan un nuevo planeta para poder echar raíces y comenzar una nueva República, los mexicanos vivimos el fin del principio de una transformación en la que este país ha sido sacudido desde los cimientos.
El fin del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que sobrevino a las desgracias, de la que en su momento fue llamada a la dictadura perfecta, encabezada por el Partido Revolucionario Institucional, y que con el paso del tiempo, se convirtió en uno grupo de oligarcas, que detentaban, no sólo el poder absoluto del país, sino todos los contratos, todos los accesos al gobierno, todas las sillas del congreso, todos los espacios del poder judicial, todas las claves de los bancos que contenían recursos públicos, y en la que sus aliados del Partido Acción Nacional, jugaron un papel importantísimo en el empobrecimiento más cruel de uno de los países con mayor potencial en el continente americano.
Fue el fin, también de una era, en la que los partidos de izquierda encabezados por el Partido de la Revolución Democrática, hoy extinto, fueron puntales en la creación de organismos constitucionalmente autónomos y en herramientas de control constitucionalcomo única herramienta para poder contener la la vorágine de aquellos que detentaban el poder absoluto.
En este año, se concretó el fin del principio de lo que fue la era revolucionaria-oligarca-neoliberal que nos gobernó prácticamente 100 años, desde el fin de la revolución mexicana y hasta el año 2018. Una era que comenzó pujante con los hijos de la revolución y culminó de forma desastrosa con los cachorros deaquellos, que nos terminaron llevando al despeñadero.
Hoy, en ese nuevo sistema que se configura con la participación de varios frentes políticos, se tiene una tarea fundamental: no repetir los mismos errores del pasado. Una tarea un tanto difícil cuando varios de los actores actuales participaron en elencos de las películas que ya vimos, que no nos gustaron. Este nuevo régimen debe considerar cada vez más a los más competentes, si queremos salir del pozo en el que nos fue sumergiendo el régimen pasado durante casi cien años.
Sin embargo, la esperanza del pueblo de mexico es insoslayable y con todo fervor apuntalará el proyecto de nación que se teje poco a poco para terminar de forjar los cimientos de este nuevo piso del desarrollo político, social y económico del México que todos queremos para nuestros hijos, porque como apuntaba Wagner “solo puede sanar la herida la misma lanza que la produjo”.
Seguramente quienes fuimos perseguidos, atacados, denunciados y criticados por el régimen anterior, tal vez no veremos ese país que añoramos. Peroestamos empeñados en llevar a cabo una transformación real de México, sin repetir ningún esquema que haya sido antes explorado, estoy seguro de que lograremos ver un gran avance para este 2025, ya que, si a la presidenta de México, a la gobernadora de Quintana Roo y nuestra presidenta municipal de Benito Juárez las apoyamos todos, estoy cierto que, a México, a Quintana Roo y a Benito Juárez, les va a ir mejor y todos nosotros seremos los beneficiaros finales de este nuevo comienzo. ¡Por ello, nos deseo un feliz 2025!