DMG
CHETUMAL, Quintana Roo, 11 de octubre.- Mientras el ex gobernador Carlos Joaquín espera su nombramiento como Embajador de México en Canadá, la recepción del Gobierno de Quintana Roo reportó7 mil millones de pesos en pasivos heredados de su administración, confirmó la diputada federal Anahí González enlace de transición de la gobernadora Mara Lezama Espinosa.
La diputada indicó que los trabajos de transición concluyeron de manera exitosa, sin embargo detectaron pasivos por casi 7 mil millones pesos, por lo que la Secretaria de la Finanzas y Planeación (Sefiplan) continua con el análisis de los adeudos.
“Ya están analizando el estado financiero del estado, y ver cómo van a subsanar todos los faltantes, y pagos a pasivos principalmente que ocasiona que no se entreguen finanzas 100 por ciento sanas, pues en ver de llegar a invertir, tienen que llegar a pagar estos adeudos”, explicó.
Y subrayó, “en pasivos son cerca de 7 mil millones de pesos, no pudo dar datos exactos, pero todo ya lo tiene el equipo de la gobernadora Mara Lezama”.
A penas hace un mes, durante su último informe de gobierno, Carlos Joaquín fue ovacionado por diputados de la Décimo Séptima Legislatura.
En dicho informe el ex mandatario refirió que su gobierno logró una reducción de los compromisos financieros del estado, en los que dijo se logró disminuir en 20.8% la deuda pública per cápita de Quintana Roo.
Y puntualizó que, “al término de su mandato, no quedaría deuda ni proveedores pendientes de liquidación”.
Por unos segundos Carlos Joaquín se conmovió hasta las lágrimas, durante el segmento final del discurso.
“Me despido con las manos y la conciencia tranquila”. Tras esas lágrimas y limpiarse con una servilleta se escuchó decir: “perdón (por la emoción)”.
En tanto el gobierno de Mara Lezama investiga el origen del adeudo de los 7 mil millones de pesos, el ex gobernador está en espera de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador envié su nombramiento como Embajador de México en Canadá al Senado de la República, donde la cámara alta deberá rarificarlo, o en su caso rechazarlo.