Playa del Carmen, Quintana Roo, 26 de marzo de 2024. – Una mujer, Olivia Álvarez, que se encontraba en labor de parto, da a luz de manera retardada y acusa a una Doctora del Hospital Regional número 18 del IMSS como la presunta responsable toda vez que su hijo casi muere y podría presentar secuelas a futuro al señalar que al final no tenía líquido y tuvieron que inyectarla para dar a luz y posteriormente practicar una cesárea de urgencia.
Expuso que el día miércoles 20 de marzo alrededor de las 11:00 de la mañana ingresó al hospital por dolor de parto, la doctora ginecóloga en turno señaló que todo estaba bien, que el bebé contaba con signos vitales favorables y que no era necesario el ingreso a sala, por lo que la dieron de alta, dado el caso que todavía no había dilatación suficiente como para entrar en trabajo de parto.
Nuevamente el día viernes 22 de marzo a medianoche regresó al hospital y fue atendida por el doctor Othón Aranda Puebla, quien fue el médico de cabecera responsable que llevó su embarazo mes a mes, y quien comenta que su bebé se estaba quedando sin líquido.
“Me hacen tacto y tengo 1 cm de dilatación y me comentó que volviera si veía sangrado; cabe señalar que había estado en un alto nivel de movimiento durante el día por ir y venir de mi casa al hospital, adicional de haberme puesto con un alto nivel de estrés a mí y seguramente a mi hijo debido a la falta de atención”, dijo.
Volvió a las 03:30 horas el día sábado 23 de marzo pues el dolor continuó durante todo el día, y la recibió la doctor ginecólogo de turno nocturno, “me vuelven a realizar un tacto y me comentan que tenía solamente 3 cm, me regresan a mi casa porque aún faltaba más para dilatar, para este punto el dolor era muy agudo, tras aún externar este dolor a la doctora me regresaron a la casa”.
“Volví a regresar el mismo día sábado a las 9:40 de la mañana, me atendió la ginecóloga en turno, me vuelven hacer tacto contando aun con 3 cm de dilatación, revisaron los latidos del bebe y todo marchaba bien acorde a lo que dijeron, mi dolor aumentaba pero mi dilatación era muy lenta, me regresaron pero yo decidí quedarme a caminar afuera de las instalaciones a esperar a dilatar pues el dolor en realidad era muy fuerte y no optaron por ingresarme y aplicarme medicamento para que sea más rápido, pese que ya sentía mucho dolor ; volví a ingresar el mismo día a las 5 pm, me pasan a ginecología y me hacen un tacto nuevamente, ya cuento con 4.8 cm de dilatación y soy ingresada para entrar en labor de parto, a las 10 pm empecé con mucho dolor y estaba entrando a labor de parto estuve pujando durante 3 horas y no hubo resultados y no hubo aplicación de medicamento para agilizar el trabajo de parto aún tras haber estado en constante aviso a los médicos para que mi bebé naciera, a la 1 am de día domingo 24 de marzo paso la doctora de pediatría a sacar sangre y me comenta que ya no se podía hacer el parto normal, tendría que ser una cesárea ya que peligraba la vida del bebé”.
“El Dr. Othón, me dice que tengo que descansar un rato y que pasara la orden para realizar la cesárea a la ginecóloga en turno, ella verifica al bebé y me dice que me estaba quedando sin líquido, obviamente tras haber perdido demasiado tiempo yendo y viniendo hacia el hospital, me apagan la luz y no pasan ni 5 minutos y entra la ginecóloga en turno y me forzó a tenerlo normal porque según ella nacería en 1 hora y media y nunca se identificó, no contaba con gafete médico, solo me dijo que era la ginecóloga en turno, sin embargo era su deber portar siempre con sus debidas identificaciones”.
Olivia Álvarez se quedó sola desde las 01:10 hasta las 05:00 horas, y ningún enfermero se acercó, ni doctor, ni ginecólogo, “solo escuchaba a lo lejos desde el pasillo gritos de burla, que decían puja tú lo puedes hacer sola”.
Cuando se acerca la ginecóloga a revisar, se percatan que el bebé tiene el pulso débil, y ya no tenía líquido, y le ponen una inyección que la hace expulsar al bebé de un solo pujido, “nace mi bebé a las 5:14 am y no lloró, escucho que entre ellos hablan comentando que mi hijo ya no contaba con signos vitales, escucho que iniciaron proceso de reanimación y no me dan ninguna información, a mis familiares tampoco; conversan entre ellos y alguien comenta echándole la culpa a la ginecóloga en turno diciendo que esto sucedía por no haber practicado la cesárea y haber esperado tantas horas”.
La doctora de pediatría recomendó realizar la denuncia por negligencia médica debido a tantas fallas en el Sistema médico y a la constante negación de servicio de ingreso para poder dar a luz.
“Me dejaron aislada sin ver a mi familia y ni a mi bebé mismo, no lo vi, no me permitieron ir a verlo hasta el día lunes 25 de marzo a las 11 am, donde me entero de que mi bebé había ingerido sus heces fecales, dado al largo tiempo dentro de mi útero sin líquido y por negligencia médica y se le había ido a sus pulmones, mismos que hacen que mi bebé se encuentre entubado en UCIM”.
“Hago responsable a la ginecóloga en turno porque no me quieren dar su nombre, ni información sobre este personal médico. La hago responsable por todo lo que pueda pasar a mi hijo desde previo a su parto y toda situación colateral a futuro que repercuta a su derecho de tener una salud digna, por la negligencia o muy quizá ignorancia de sus labores médicas”, remató.