CIUDAD DE MEXICO, 20 de Septiembre.- El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria señala que es crucial que las políticas energéticas y ambientales vayan de la mano con una asignación eficiente del presupuesto.
La mitad del presupuesto que fue aprobado este año para la transición energética y cambio climático será destinado al Tren Maya, destacó el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En un análisis, la organización civil recordó que los recursos que fueron aprobados para este año a la transición energética y cambio climático suman 243,704 millones de pesos.
“Existe una discrepancia entre los recursos asignados y su finalidad, pues del presupuesto 2024, el 49.2% se dirige al Tren Maya, un proyecto no vinculado directamente a la mitigación del cambio climático”, destacó el CIEP.
En este sentido, indicó que la política fiscal es una herramienta que permite a los gobiernos mitigar los efectos del cambio climático, que cada día han sido más devastadores, además de avanzar en la transición de energías limpias.
Por ello, el CIEP señala que es crucial que las políticas energéticas y ambientales vayan de la mano con una asignación eficiente del presupuesto.
“Sin recursos suficientes y bien dirigidos, los objetivos climáticos de México corren el riesgo de no cumplirse”.
Sin embargo, el espacio fiscal con el cual cuenta el gobierno mexicano es limitado. Pese a que el presupuesto ha incrementado a lo largo de los años, también lo han hecho las presiones, como el costo financiero de la deuda, el pago de pensiones, así como las participaciones a estados y municipios.
Estas presiones, a su vez, han limitado que el gobierno mexicano pueda ejercer un mayor gasto para atender las necesidades básicas de la población, como educación, salud, seguridad, entre otras.
Es por ello que diversas organizaciones y expertos han señalado la necesidad de que se implemente una reforma fiscal progresiva; sin embargo, la respuesta del sexenio actual de Andrés Manuel López Obrador fue no implementarla y a su vez solo hacer algunas modificaciones al marco tributario, además de realizar una mayor fiscalización a los grandes contribuyentes.
En tanto, Claudia Sheinbaum, quien asumirá como Presidenta de México el próximo 1 de octubre, también se ha visto renuente a implementar una reforma fiscal, al menos al inicio de su sexenio, dado que aún ve áreas de oportunidad para incrementar la recaudación de impuestos a través de la tecnología y las aduanas.
Con información de EL ECONOMISTA.