Conchos, Coahuila, 09 de enero. – Las viudas y los familiares de los 63 mineros atrapados desde 2006 en Pasta de Conchos, Coahuila, estallaron contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador debido a los retrasos que acumulan las obras de rescate encabezadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“El rescate prometido por el presidente López Obrador se ha convertido en un desastre”, denunció la asociación civil Familia Pasta de Conchos en un comunicado, en el que apunta que las obras de los túneles de acceso a la zona siniestrada apenas llevan un avance del 6.4%, a pesar de que apenas restan dos años para el final del sexenio, el tiempo establecido por el gobierno obradorista para que el rescate esté culminado.
El comunicado se produce en un contexto en el que, desde diciembre pasado, las familias señalaron que la CFE les informó que las obras habían quedado detenidas hasta nuevo aviso debido, precisamente, a que las empresas contratadas —entre las que están Proacon y Servicios Mineros Kia— no estaban cumpliendo con los tiempos establecidos para llevar a cabo el rescate.
Elvira Martínez, integrante de la asociación civil Familia Pasta de Conchos y viuda del minero fallecido Jorge Vladimir Delgado, explicó en entrevista con Animal Político que en las reuniones que periódicamente mantienen los familiares con personal de la CFE, la Comisión les dijo que, para no perder más tiempo en las obras, el proceso de rescisión y finiquito de los contratos estaría culminado en diciembre, y que para este enero ya se llevarían a cabo las nuevas licitaciones o adjudicaciones a las nuevas contratistas.
Sin embargo, Martínez dijo que, en una nueva reunión que tuvieron la semana pasada con la CFE, los familiares se percataron de que personal de las empresas a las que se les rescindió el contrato aún siguen en la zona de obras, lo cual, entienden, es sinónimo de que el reinicio del rescate de los cuerpos se va a retrasar aún más.
Por ello, los familiares pusieron un ultimátum a la CFE: o finiquitan ya a las empresas constructoras a las que la propia Comisión de Electricidad les rescindió los contratos, o el próximo 17 de enero ya no permitirán el ingreso de ningún trabajador a la zona.
“Las familias ya no estamos dispuestas a perder más tiempo”, advirtió Elvira Martínez.
“Y por eso le dijimos a la CFE que, para la próxima reunión con ellos el 17 de enero, ya no queremos que las empresas a las que les rescindieron el contrato estén ahí, porque, si las encontramos, ya no les vamos a dar acceso”, agregó la viuda del minero Vladimir Delgado, quien también denunció que no hay claridad por parte de la CFE, lo cual genera entre los familiares una gran incertidumbre.
“Todo esto se vuelve muy sospechoso, porque no hay nada por escrito. No hay ningún documento oficial que nos muestren donde la CFE notifique a los familiares que detuvieron los trabajos y que la razón sea por la rescisión de los contratos. No hay un documento oficial, todo nos lo dicen de manera verbal”, señaló.
“Y por eso, vamos con los contratistas y ellos nos dicen que no saben nada —añadió—. Les preguntas a los empleados y tampoco saben nada. Y mientras tanto, las familias estamos desesperadas porque un día la CFE te dice una cosa, y otro día otra. Ya no tenemos confianza en ellos, porque, además, nadie importante de la CFE viene a la región a decirnos algo, ni a informarnos”.
“AMLO abandonó el proyecto de rescate”
En el comunicado que publicó la asociación civil Familia Pasta de Conchos publicó este domingo, los familiares responsabilizan al presidente López Obrador por los retrasos en el rescate prometido en campaña.
“En parte —apunta el texto—, porque él decidió que, sin experiencia en minería ni en rescate minero, la CFE hiciera las obras. Y también, porque se comprometió a volver cada seis meses y abandonó el proyecto”.
La asociación señaló que la CFE, además de no tener experiencia en este tipo de rescates, contrató “en un esquema de outsourcing” a otras compañías “que tampoco tienen experiencia minera ni en rescate minero”.
De ahí, apuntan, que a cuatro años de gobierno de López Obrador las obras de rescate acumulen un importante retraso, a pesar de que la Comisión Federal de Electricidad lleva entregados al menos 16 contratos por más de 1 mil 500 millones de pesos.
“Las lumbreras o tiros verticales tienen un avance del 30% y los inclinados (que es la obra realmente importante) del 6.44%. El retraso en las obras comenzó desde el primer momento que comenzaron y desde fines de noviembre han dejado de trabajar”, apuntó la asociación civil.
Por ello, los familiares reiteraron en el escrito que “a partir del próximo 17 de enero no se va a permitir el ingreso a la mina de ninguna de las empresas contratadas por CFE, ni se va a permitir que sigan construyendo un memorial que en este contexto es una gran ofensa”.
Un rescate muy peligroso
El 1 de mayo de 2019, luego de que fuera uno de sus compromisos de campaña, López Obrador aseguró que su gobierno, a diferencia de lo sucedido en sexenios pasados, sí rescataría a los mineros de Pasta de Conchos.
Esta mina, concesionada a Grupo México, explotó el 19 de febrero de 2006; murieron 65 mineros.
Tras poco más de un año, las autoridades del gobierno de Felipe Calderón dieron por finalizadas las labores de rescate el 4 de abril de 2007, debido a las dificultades y los riesgos para acceder a la zona siniestrada. De los 65 mineros, solo se recuperaron los cuerpos de dos. Los 63 restantes siguen atrapados, y son un símbolo y un reclamo constante por las malas condiciones laborales que enfrentan los mineros en la región carbonífera de Coahuila, donde en un siglo han muerto más de 3 mil trabajadores, de acuerdo con el informe El carbón rojo de Coahuila, de Familia Pasta de Conchos y publicado por la Fundación Böll.
El 14 de septiembre de 2020, el actual gobierno ordenó que, con la coordinación de la Secretaría de Gobernación, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Secretaría del Trabajo y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, se elaborase un plan para indemnizar a las familias de los mineros fallecidos en Pasta de Conchos. También encargó a la CFE el rescate de los restos.
Previo a arrancar esas labores, el Servicio Geológico Mexicano realizó nuevos estudios para determinar si, como ya habían dicho Grupo México y autoridades, el rescate era realmente inviable, o si, por el contrario, sí podía llevarse a cabo. Para ello, analizó la información ya existente del siniestro, estudios de subsuelo y evaluación de opciones, y pidió la opinión de un grupo de expertos nacionales e internacionales, procedentes de China, Alemania, Australia y Estados Unidos. Todo lo aglutinó en un informe, al que Animal Político tuvo acceso por transparencia.
Inicialmente, los expertos advirtieron que el costo y los riesgos que implicarían las obras no aconsejaban proceder. “Cualquier intento de rescate será muy peligroso, costoso y de resultados inciertos”, planteó en el Anexo Síntesis de la Opinión de Expertos uno de los especialistas mexicanos, cuya identidad quedó reservada, como la del resto de expertos.
Sin embargo, tras conocer todo el expediente recabado por el Servicio Geológico Mexicano, y con base también “en los datos, experiencias y testimonios obtenidos en la visita técnica realizada del 18 al 23 de agosto de 2019, a Sabinas, Coahuila”, el grupo de especialistas mineros nacionales e internacionales dejó constancia —en un escrito publicado por la Secretaría del Trabajo— de que la intención del gobierno de López Obrador de rescatar a los mineros era, en principio, “teórica y técnicamente viable”, y que su recomendación era construir túneles y rampas a la zona siniestrada.
Tras considerarse como “factible” el rescate, López Obrador encomendó las obras a la CFE. Y es en este punto cuando comenzaron los problemas, dijeron los familiares entrevistados en un reportaje publicado por este medio el 1 de septiembre del año pasado.
Cuando se le planteó a la activista Cristina Auerbach algunos de los riesgos expuestos por los expertos en el informe en las obras de rescate, respondió que dichos riesgos no son muy diferentes a los de cualquier proyecto carbonífero.
“Todo trabajo minero, hasta el más chico en una cueva, es de alto riesgo”, apuntó.
“Lo que es inadmisible aquí —recalcó— es que una empresa estatal, como la CFE, que no tiene ningún tipo de experiencia en rescates, y que no tiene minas y que su única relación con la minería es que compra carbón, sea la encargada de llevar a cabo ese rescate”.
“Aquí el tema no es el riesgo que hay en las obras, sino la capacidad que tienes de controlar y manejar ese riesgo. Y, evidentemente, la CFE no tiene esa capacidad porque no ha entrado nunca a una mina de carbón. Y por eso, porque están apanicados y porque no saben de minería, quieren hacer una obra faraónica tardadísima con unos túneles enormes de concreto por los que puede pasar hasta el Metro”.
Animal Político preguntó por transparencia a la CFE en qué otros proyectos de rescate minero participaron entre 2000 y 2021.
En su respuesta, la empresa del Estado corroboró lo dicho por Auerbach, pues si bien apuntó que ha participado “en la planeación, diseño, estudios y construcción en diversas obras subterráneas y proyectos de infraestructura”, también admitió que antes de Pasta de Conchos “no había participado en otros proyectos de rescate minero, tanto en México como en el extranjero”.
Con información de Animal Político