En vísperas de las transición del Poder legislativo y la Reforma a la Ley Orgánica del Congreso del Quintana Roo, el silencio del supuesto liderazgo del Partido Acción Nacional (PAN), Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) anticipan un camino planchado, a todo lo que el régimen busque en la Décimo Octava Legislatura.
Especialmente en lo que respecta a Reyna Tamayo Carballo del PAN, y José Luis Pech Várguez de MC que lideran dichos partidos en el estado. Pero, que también están en vísperas de ocupar una curul por la vía plurinominal el curvato de Punta Estrella, brillan por su silencio. Mientras de la dirigencia del PRI, con Pedro Flota Alcocer no se dice nada.
Una cosa es que Morena y el PVEM, busquen administrar el presupuesto asignado al Congreso, que oscila entre los 650 millones de pesos anuales, lo que dure la legislatura, en lo que posiblemente la resignación le reste interés a la oposición y sus liderazgos opten por un buen arreglo, que un mal pleito.
Y otra es que la reforma de Morena, proponga reducir el quorum de la legislatura para poder sesionar, al pasar de 14 a 13 diputados para ello.
Es decir, si el partido mayoritario para la siguiente legislatura, quiere sesionar y tiene a los 13 legisladores, como será la bancada de Morena, ya no necesitará a ningún otro diputado de sus aliados como el Partido del Trabajo (PT), o el PVEM, o de cualquier otra fuerza política, para instalar la sesión.
En el párrafo 25 de la Ley Orgánica, la reforma plantea que, “no podrá instalarse ninguna sesión, sin la concurrencia de la mayoría simple al número total de diputados o diputadas, que integran la legislatura”.
Donde prácticamente Morena de la Décimo Séptima Legislatura “propone” otorgar el poder absoluto a su proximos diputados.
En cuanto a las sesiones de la junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), en ellas solo tendrán derecho al voto los coordinadores de bancada, mientras que los representantes legislativos, diputados sin partido únicamente a voz.
La Mesa Directiva será presidida por el mismo partido que la junta, y los integrantes solo serán representantes de las dos fuerzas mayoritarias, conforme al acuerdo tomado al inicio de la legislatura, entre ellos.
Básicamente todo el poder, igual que en los oscuros años del PRI.