El director del servicio de atención penitenciario, SNAI, Bolívar Garzón, dijo que el Gobierno tenía como objetivo priorizar a presos ancianos, con discapacidad y enfermedades terminales, tras los enfrentamientos del martes en la Penitenciaría del Litoral en la ciudad de Guayaquil.
Las cárceles del país albergan actualmente a unos 39 mil reclusos, según datos oficiales.
Garzón dijo que el motín, el último de una ola de violencia carcelaria en el país andino, fue provocado por “una lucha por el control de poder de los grupos de delincuencia organizada”.
Los disturbios de este año dejaron 79 muertos en febrero y 22 en julio en varias prisiones del país.
Los funcionarios han dicho que las pandillas tiene alianzas con grupos criminales transnacionales y que luchan por las rutas del narcotráfico en el país andino.
Ecuador ha enviado 3 mil 600 policías y militares a las cárceles de todo el país para mantener el orden, dijo la ministra del Interior, Alexandra Vela, a periodistas. Además, señaló que las unidades forenses identificaron a 41 de las víctimas y entregaron los cuerpos de 21 a sus familiares.
La policía dijo el viernes que continúa ejecutando operativos de requisa y limpieza en cada una de las celdas de la prisión, como parte del estado de excepción que declaró Lasso para controlar la situación y liberar recursos.
Decenas de familiares de reclusos se han reunido en la morgue de Guayaquil en busca de información sobre sus seres queridos. Las autoridades dijeron que al menos seis víctimas fueron decapitadas.
Eduardo Montes, de 60 años, estaba esperando noticias sobre su hermano Vicente Montes, de 25 años, quien debía ser liberado en un mes.
Nos enviaron una foto en donde se puede ver la cabeza de uno de los asesinados y creemos que es mi hermano, no sabemos si realmente está muerto o está vivo”, dijo Montes. “Tengo la esperanza de que este vivo y lo liberen”.
Con información de Excélsior