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domingo, mayo 5, 2024

Elecciones en Turquía: Erdogan, sin el respaldo de la mayoría tras casi 20 años en el poder y ante un país polarizado

Turquía, 17 de mayo. – Recep Tayyip Erdogan es presidente de Turquía desde 2004, el pasado domingo después de casi 20 años en el poder no consiguió la mayoría absoluta de los votos de la ciudadanía que le permitirían seguir gobernando un mandato más. Y es que para que ello sucediera tuvieron que unirse todas las grandes fuerzas políticas de la oposición, es decir, los partidos políticos antagónicos al mandatario turco, independientemente de sus valores e ideologías políticas. 

Dicho acuerdo entre los partidos opositores ha surgido a raíz de la intolerancia política, e incluso religiosa, que han mostrado el presidente turco y su gobierno, de manera que ha sido señalado por la oposición y distintos líderes internacionales como un jefe de Estado iliberal, que ha causado controversia en la forma en la cual se catalogan o enmarcan hoy las instituciones turcas, pues muchos se resisten a continuar considerándolas instituciones democráticas

Fue a partir del referéndum constitucional del 2017 que la figura de presidente de Turquía asumió mayor cantidad de responsabilidades, pero sobre todo, mayor concentración de poder, y es que a partir de dicho proceso, en el cual el “sí” ganó con apenas un poco más de la mitad de los votos, Turquía pasó de ser un país con un sistema parlamentario a un país presidencialista, donde incluso se eliminó la figura del primer ministro, provocando que todo el Poder Ejecutivo recayera en una sola persona: el presidente. 

Dichos cambios provocaron también que el Poder Legislativo ya no tuviera capacidad de escrutinio sobre el Poder Ejecutivo y, asimismo, que el gabinete presidencial no fuera responsable ante el Legislativo y únicamente fueran nombrados por la decisión del presidente. Si bien desde el referéndum la sociedad turca prácticamente se dividió en dos, esta se polarizó aún más, cuando Erdogan comenzó a hacer uso de sus facultades constitucionales de una manera mucho menos conciliadora, lo cual también ha hecho que haya perdido gran cantidad de adeptos para su proyecto de nación. 

¿Cuál es el partido de Recep Tayyip Erdogan? 

Conocido en turco como el AYP, el partido de Erdogan es el Partido de la Justicia y el Desarrollo, cuya fundación se remonta al 2001. Si bien en sus inicios se catalogaba como un partido de centro derecha o derecha tradicional, sus posicionamientos respecto a distintas políticas públicas y programas de gobierno han provocado que hoy se asemeje más a los partidos de extrema derecha europea y populista, donde valores como el conservadurismo liberal, el liberalismo económico y sobre todo el sentimiento europeísta no tienen cabida. Ello, incluso se ha traducido en que el partido de Erdogan, no forme parte desde el 2018, del partido de los Conservadores y Reformistas Europeos. 

¿Cuáles han sido las principales políticas de Erdogan? 

Respecto al escenario económico, recién Erdogan asumió el poder, decidió privatizar las grandes industrias públicas como las compañías de gas y petróleo, los puertos y los aeropuertos del país. Si bien es cierto que esta medida no le causó en un inicio un costo político, hoy día le ha cobrado mayor legitimidad pues a partir de 2020 Turquía ha sido afectada por varias recesiones y crisis económicas llegando a una inflación de incluso tres dígitos, así como una devaluación de la moneda y un gran déficit comercial. 

Por otro lado, en lo concerniente a la relación Turquía–Unión Europea, Erdogan a inicios de su mandato prometió hacer todo lo necesario para que por fin el país formara parte de la institución trasnacional. 

A partir de ello, Erdogan logró adoptar reformas constitucionales en sentido democrático como a la libertad de expresión, de las Fuerzas Armadas o incluso la libertad de religión, sin embargo, su entrada a la Unión Europea se ha visto estropeada y por ende la relación con la misma, lo cual por otro lado fortaleció la relación entre Turquía y Rusia

En ese mismo sentido, también debe considerarse que después del intento de golpe de Estado al gobierno de Erdogan en el 2018, la Unión Europea fue sumamente crítica de su administración, al considerar que este no tenía tampoco un cheque en blanco a favor de la democracia, en el sentido de que también había debilitado los derechos y libertades democráticas como la libertad de expresión y de prensa, más allá de lo que en el papel se establecía. 

Por otra parte, también la guerra con Siria ha provocado que el gobierno de Erdogan sea seriamente señalado de atributos antidemocráticos, pues a partir de la construcción del muro en la frontera con esa nación, se le ha cuestionado su posicionamiento en cuestión de libertad de religión o xenofobia. 

¿Cuáles fueron los resultados del domingo y qué reflejan? 

Debido a que ninguna de las dos fuerzas políticas (la de Erdogan y la de la oposición) logró obtener más del 50% de los votos, Turquía está obligado a celebrar una segunda vuelta en dos semanas. Ello sucede en medio de señalamientos de ambos candidatos contra su rival, de haber ejercido prácticas antidemocráticas. Lo anterior, sin duda, complica aún más el escenario político, pues dichas acusaciones únicamente abonan a la pérdida de legitimidad del proceso electoral. 

Según los últimos conteos, el partido de Erdogan y sus aliados habrían obtenido entre el 49 y 50% de los votos, mientras su principal rival Kiliçdaroglu habría logrado el 45%, teniendo así únicamente un margen de victoria de alrededor de 5%. El tercer candidato el ultranacionalista de izquierda Sinan Ogan habría conseguido solamente alrededor del 5% de los sufragios. 

A partir de este escenario se piensa que serían los votantes de Ogan los que pudieran definir los resultados de la segunda vuelta electoral, sin embargo, también será importante el factor movilización de ambos candidatos, ello considerando, la alta participación electoral del domingo. 

¿Qué se puede esperar en los próximos días? 

A partir de los señalamientos de las dos principales fuerzas políticas, Turquía se ha tenido que ir a dormir en medio de una gran incertidumbre, y es que más allá de los resultados oficiales, quedó en evidencia que el país se encuentra altamente polarizado, mientras que los señalamientos entre ambas fuerzas políticas únicamente abonan a que en el futuro el próximo presidente turco no cuente con total legitimidad por parte de la ciudadanía. 

Por otra parte, es importante mencionar que, a pesar de que a partir de la reforma constitucional del 2018 el Poder Ejecutivo tenga mayor capacidad de concentración de poder, este se encuentra de alguna manera obligado a obtener mayoría absoluta en el Poder Legislativo, lo cual, según los últimos datos computados, parece imposible de conseguir para cualquiera de los candidatos, lo cual desde dicha arista complicaría aún más la gobernabilidad del candidato que obtenga la victoria durante la segunda vuelta electoral

Así pues, se puede concluir que las elecciones turcas han reflejado en gran medida la realidad de la opinión pública y el discurso ciudadano que ha prevalecido en los últimos años en el país. Por un lado, no es poca la población que aún respalda al proyecto de Erdogan, sobre todo en las pequeñas comunidades, mientras por otro lado, en las grandes ciudades se cuestiona la gobernabilidad del presidente turco y sus medidas autoritarias, que son señaladas de estar muy lejos de las prácticas democráticas que todavía enarbola en su discurso. 

Con información de Latinus 

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